El jerbo pigmeo de Egipto es una extraña mezcla entre ratón, canguro, liebre… Sin embargo, su apariencia no tiene otra explicación que la evolución y adaptación al medio en el cual se desenvuelve, un territorio desértico e inhóspito. Sus largas patas le permiten transportarse por medio de saltos, limitando el contacto con la ardiente superficie, mientras que sus grandes orejas le brindan una forma para radiar el calor corporal.
Se alimenta de: flores, yerbas, fruta, semillas, tubérculos, insectos, huevos de ave, etc. Y se defiende de los depredadores (víboras, halcones, cobras, etc.) corriendo u ocultándose en las arenas.
Por supuesto que dichas características varían dependiendo de la sub-especie, por ejemplo, encontramos algunos con orejas largas como su mismo cuerpo y otros con orejas más pequeñas pero de pelaje más fino.
El jerbo de orejas largas. Se trata de un pequeño y singular roedor que vive en Mongolia y en China. Su cuerpo mide entre 7 y 9 cm de largo, mientras su cola, delgada y muy larga, que alcanza 18 a 25 cm de longitud. Tiene las patas delanteras muy cortas, más cortas que las posteriores, adaptadas para dar saltos en la arena del desierto del Gobi. Sus orejas “de conejo” resultan extremadamente grandes con respecto a su cabeza triangular.
Se encuentra en peligro de extinción.
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