jueves, 23 de septiembre de 2010

El cíclope Polifemo y Ulises

La tierra de los cíclopes
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Ulises y sus doce compañeros llegaron  a la isla de Sicilia donde vivían los cíclopes, unos gigantes muy feroces, con un solo ojo en el centro de la frente que vivían en cuevas. El más malo de todos los cíclopes era Polifemo, hijo del dios Poseidón, que tenía numerosos rebaños de ovejas y cabras.


Ulises sin saber nada de los cíclopes fue a explorar la isla con doce de sus hombres llevando un odre de vino y un saco de comida. Llegaron a la cueva de Polifemo, que estaba en el monte con sus rebaños, y los compañeros de Ulises cogieron quesos, leche, corderos y chivos y quisieron marcharse rápidamente de aquel lugar. Pero Ulises quiso quedarse para conocer al dueño de aquel sitio.
Cuando se hizo de noche llegó Polifemo con su rebaño y al descubrir a Ulises y a sus doce compañeros dentro de la cueva se enfadó mucho, empezó a gritar, cerró la entrada con una enorme piedra, agarró a dos de los hombres y se los comió.
El cíclope Polifemo, hijo de Poseidón.
Entonces Ulises le ofreció el vino y la comida que llevaba. Cuando el cíclope le preguntó cómo se llamaba, el astuto Ulises, le dijo:
- Me llamo "Nadie". 
Polifemo le contestó:
- A ti "Nadie" te comeré el último como prueba de mi hospitalidad.
Polifemo se bebió todo el vino, se emborrachó y se quedó dormido. Entonces Ulises, ayudado por sus hombres, aprovechó para clavarle el tronco afilado de un olivo, calentado al rojo vivo, en el único ojo del cíclope que se despertó del dolor dando muchos gritos y quejándose.
Ulises y sus hombres ciegan al cíclope Polifemo.
Al oír sus voces llegaron muchos cíclopes a la puerta de la caverna y le preguntaron si alguien le había hecho daño, Polifemo les dijo que:
- "Nadie" me ha hecho daño.
Al oír esto los otros cíclopes se fueron pensando que no le pasaba nada.
Después Polifemo quitó la piedra que tapaba la salida de la cueva y se sentó fuera, extendiendo los brazos, de vez en cuando, para que no se le escapara ningún hombre.
El ingenioso Ulises ató las ovejas de tres en tres y debajo iba atando a uno de sus hombres, finalmente se sujetó a la barriga del cordero más grande del rebaño. Por la mañana temprano las ovejas y los carneros salieron fuera de la cueva a pacer y así pudieron escaparse sin que Polifemo se diera cuenta del engaño.
Llegaron a los barcos y cuando estaban bien lejos de la isla Ulises le gritó al cíclope:
- Polifemo, si alguien alguna vez te pregunta quién te dejó ciego dile que fue Ulises, rey de Itaca.
Entonces Polifemo suplicó a su padre Poseidón, dios del mar, que castigara a Ulises, con estas palabras:
- Escúchame Poseidón y concédeme el deseo que Odiseo no pueda nunca volver a su palacio. Pero si está destinado a regresar a su país, que sea tarde y mal, después de perder a todos sus compañeros.
A partir de este momento la cólera de Poseidón perseguirá a Ulises durante el resto de su viaje.

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