jueves, 10 de junio de 2010

Leyenda del lagarto de la Catedral.

https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEij1Plpjk4D44Z1M5iuPmU-EkG8DOqL-1Ke-_AKtBupoumwoxvpNO6smDIWp-eFk0u4q_BynkGOBDe_YSI1GOV5M9KvuponZ-VNdZnPIO7zCARihz-c0nLr8E1RzLfb1xdcrSGxCuunvf0/s400/DSC01841.jpgEn el Patio de los Naranjos de la Catedral de Sevilla se encuentran colgados en una de las vigas del techo 3 objetos: un cocodrilo de tamaño natural, un bocado de caballo y un bastón de mando.

Por el año 1.260, el sultán de Egipto envió una embajada al rey Alfonso X el Sabio para pedir la mano de su hija Berenguela. La embajada trajo diversos presentes, entre ellos: un hermoso colmillo de elefante, un cocodrilo del Nilo vivo y una jirafa domesticada con su montura y su freno y bridas.

El rey castellano rechazó la petición de mano de su hija, devolvió la embajada cargada de buenas palabras y de regalos para el sultán, y aquí quedaron el cocodrilo y la jirafa. Pasado el tiempo, y muerto el cocodrilo, se disecó, y su piel rellena de paja fue colgada del Patio de los Naranjos junto con el freno de la jirafa.

Años después, se colgó como recuerdo la vara del embajador castellano que regresó de Egipto.

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