
¿Eres un Picasso y no lo sabes?
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Pincha en el dibujo.


Había una vez un niño llamado Pablo. Pablo iba paseando por el bosque cuando, de pronto, se encontró con un dragón diminuto. El pobre dragón estaba aterrorizado. Pablo dijo: -No te preocupes, no te haré daño. Y como era fin de semana se lo llevó a su casa escondido en el bolsillo del pantalón. Cuando Pablo llegó a su casa, le preguntó a su madre: -¿ Pueden quedarse a dormir Rafa y Álvaro? La madre contestó: -No veo por qué no. Por la noche los padres de Pablo se habían ido, así que, Pablo, Álvaro y Rafa estaban solos para poder ver al dragón. Cuando se lo enseñó, por poco se caen de espaldas. Pablo les dijo que tenían que guardar el secreto, de lo contrario no podrían ver al dragón nunca más. Entonces Pablo decidió quedárselo como mascota. Rafa le preguntó: -¿Qué nombre le vas a poner? Álvaro le dijo: -¿Por qué no, Arco Iris? Tiene todos los colores: azul, amarillo, rojo, verde, añil y violeta. A Pablo le pareció bien. Desde entonces Pablo tiene un dragón como mascota. |
CÓDIGO ESQUIRPION
Había una vez ocho niños de 3ºB llamados Álvaro, Rafa, Pablo, Diego, Santi, Raúl, Manu y Manuel. Un día corriendo por el patio se cayeron por una baldosa. La sala a la que cayeron tenía un ordenador con cuatro pantallas y siete escáneres. Manuel, el de los ocho mejor en informática, dijo echarla a piedra, papel o tijeras a ver quien se mete en el escáner primero. Le tocó a Rafa. Rafa se metió en el escáner y Manuel pulsó siete botones y Rafa ya no estaba. Álvaro preguntó ¿Y Rafa? Manuel dijo, ni idea Álvaro. Santi miró su reloj y dijo ya podemos irnos a clase en cinco minutos o sospecharan de nosotros. Manu se paró y dijo ¿qué le decimos a la señorita en clase? Pablo, Diego y Raúl dijeron al mismo tiempo le decimos que jugando se ha roto los brazos y las piernas. Álvaro dijo tenemos que decir algo que sea posible. Manuel contestó pues un brazo. Santi, Raúl, Diego y Manu dijeron vale. Cuando terminaron las clases, de comer y de hacer los deberes se escaparon de casa y volvieron al colegio. Fueron por las escaleras al subsuelo. Allí había un pitido muy molesto. Manuel se sentó en la silla y dijo Rafa está en otro mundo llamado Esquirpión. Pablo dijo explicite mejor. Manuel contestó, cuando se metió en el escáner y no estaba es que se fue a Esquirpión. Álvaro preguntó ¿Entonces nosotros también si nos metemos en el escáner iremos allí? Manuel dijo, sí supongo. Pues venga vamos a meternos en el escáner, dijo Manu y Manuel contestó no se os ocurra hacerlo. Raúl preguntó ¿Por qué no podemos hacerlo? Manuel dijo a Rafa le pasó porque aún no lo sabía pero ya que lo sé no quiero perderos a vosotros. Pasaron horas y todos ya se habían vuelto a casa menos Manuel. A las ocho menos veinticinco, Manuel volvió a casa en su patinete. Sus padres le preguntaron que donde había ido. El dijo que había jugado al escondite con su hermana Lola. Sus padres le dijeron vale ahora ve a ducharte. Al día siguiente, en el recreo se volvieron a escapar. En el subsuelo, todos dijeron con entusiasmo, Manuel ya sabes cómo materializarnos en Esquirpión y él contestó ¡sí ya podéis iros a Esquirpion! Se metieron los seis en el escáner y Manuel dijo con exclamación “transmisión, escaneado y vitalización”. Estaban como en un glacial con un laberinto ante ellos. Manuel exclamó Rafa está en el laberinto. Raúl preguntó ¿qué son esos trastos? y Pablo contestó son vehículos. Cada uno cogió uno y se dirigieron al laberinto. En el laberinto había seis caminos y cogieron uno distinto cada uno. En el camino de Santi estaba Rafa. Rafa se había convertido en un futbolista de color verde que lanzaba balones láser y su vehículo era una moto que volaba. Álvaro en un gato, su color era azul y su vehículo, una tabla que volaba. Diego era un farmacéutico que lanzaba inyecciones y su vehículo, una camilla. Pablo era un profesor de gimnasia que lanzaba plasmas de energía y su vehículo, un libro volador. Raúl era un conductor que lanzaba ruedas desde un coche volador. Santi era un submarinista que lanzaba peces y su vehículo, un submarino. Manu era un recolector de bichos que lanzaba sus bichos desde un vehículo ciempiés. Los siete fueron hacia una torre que había allí. Todos se chocaron menos Pablo. Manu, Rafa y Diego animaron a Pablo a intentar chocar pero Pablo no quiso. Raúl y Santi gritaron, Pablo que te choques de una vez. Pablo dijo vale ya me choco. Y fue el único que consiguió meterse. Después volvieron a la tierra y apagaron el ordenador, Esquirpion dejó de existir.